recuperacion-de-valores@googlegroups.com

Grupos de Google
Suscribirte a RECUPERACION DE VALORES
Correo electrónico:
Consultar este grupo

martes, 24 de abril de 2007

DUDAS, ESPECULACIONES Y UN DURO GOLPE A LA DEMOCRACIA

Al cierre de la presente edición, éste hombre es una incógnita y en carácter de urgencia se ha modificado la nota principal de la edición. En sus ojos se ven las lágrimas internas que afloran de los recuerdos imborrables por los casi 3 años que estuvo prisionero. Las imágenes grabadas de miembros de las fuerzas de seguridad ejecutando a varias personas. Secuestrado el 27 de octubre de 1976 y liberado el 25 de junio de 1979, luego de haber pasado por varios centros clandestinos de detención. JORGE LUIS LÓPEZ, secuestrado y torturado por Miguel Etchecolatz está desaparecido desde el 19 de septiembre luego de haber sido uno de los testigos principales del juicio que condenó al ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz a reclusión perpetua. ¿Dónde está?, ¿Quién lo tiene? Más allá de las diferentes conjeturas que se puedan hacer, independientemente de las palabras enfrentadas a nivel político que responsabilizan a uno u otro, lo cierto es que un testigo ha desaparecido. Por más que el ministro de Seguridad Arslanian o el ministro Aníbal Fernández se niegan a aplicar la palabra “desaparecido en democracia”, lo cierto es que López realmente desapareció. Cabe destacar que frente a las particularidades del caso, hablar de secuestro, ocultamiento y en el peor de los casos asesinato, es lo mismo. Por más que secuestrarlo pueda dar a entender precio, ocultamiento implantar temor y asesinato venganza, lo cierto es que López está desaparecido cuando en realidad lo primero que se tuvo que haber hecho es cuidarlo. Lo ocurrido deja claramente expuesto nuevamente el tema jurídico y de garantías sobre los ciudadanos. Es una demostración clara que se sigue improvisando en temas delicados como la seguridad. Ahora pueden discutir lo que quieran y quienes sean, responsabilizar al gobierno provincial, al nacional, a los jueces, al fiscal, a la corte, a la policía y quien se les antoje, lo cierto y verdadero es que el testigo desapareció. No está. La situación es mucho más grave de lo que algunos suponen. Esto es una intimidación a futuros testigos en otros juicios. Alguien o algo están tratando de parar la pelota y jugar otro partido. Existen especulaciones de todo tipo en torno a la desaparición de López. Que el gobierno lo tiene escondido para especular con acciones orientadas a la campaña política demostrando preocupación, interés, desenvolvimiento en miras a mejorar o garantizar un sistema de seguridad, hasta inclusive puede pensarse que en forma tacita se hable de grupos de poder que pretenden desestabilizar al gobierno y de esa manera justificar el mismo gobierno que tiene presiones opositoras para llevar adelante determinados programas políticos. En cierta forma, es una barbaridad pensar eso, porque el costo político que paga el gobierno por todo esto es muy caro. Por otro lado se habla de grupos antagónicos que no están de acuerdo con la política que lleva el gobierno con respecto a juicios por la responsabilidad que les puede caber a todos los involucrados en la época de la dictadura. De ser así, cabe entonces preguntarse si el dinero que gasta la SIDE en las investigaciones está realmente orientado al descubrimiento, localización y desmembramiento de estos grupos. No deja de ser parte de la seguridad de Estado. ¿Existen puntos de presión que le impida al gobierno tomar ciertas decisiones? Es claro que existe un sector de la sociedad que no está de acuerdo con la política de gobierno en relación al tema dictadura. Es cierto, y también públicamente reconocido por cercanos al gobierno, que en algunas cosas el propio presidente hace referencia a ciertos temas en un tono algo elevado y no deja de causar molestias en algunos sectores. Cualquiera sea la teoría, lo cierto es que a la práctica el testigo desapareció y el pueblo comienza a tener miedos. Miedos que rememoran el pasado. Es muy cierto lo dicho por el gobierno bonaerense “lo peor es pensar que ha sido secuestrado, porque a partir de eso podemos esperar cualquier cosa, porque si alguien se anima a secuestrar a una persona porque fue testigo luego de 30 años de un caso así, se puede esperar cualquier cosa de esa gente”. Sin dudas la situación es grave. Pero hay que detenerse en los pasos anteriores a la declaración del testigo. Eso está relacionado con las especulaciones políticas y la falta de seriedad en encarar ciertos temas. Si era de conocimiento que la declaración de López era elemental, porque eso se sabía y no pueden decir que se desconocía, lo primero y único que se tuvo que hacer es protegerlo. Sea la provincia o la nación, pero protegerlo. Sea cierto o no, el espionaje interno del que se habla con respecto a las investigaciones y escuchas telefónicas de la SIDE con la oposición al gobierno y con algunos periodistas, inclusive existiendo ya amenazas, hace suponer que el Servicio de Inteligencia tiene el poder y los elementos de entrar a todos los rincones y lo hace. Entonces el gobierno, la justicia, la policía nadie supuso que en medio de semejante accionar político y público que se lleva a cabo por lo ocurrido hace 30 años puede despertar actitudes de magnitud que pongan en riesgo la seguridad de un testigo y peor aún, atenten contra la democracia coartando la libertad de expresión. Son muchas las cosas que se pueden establecer como premisas de polémica. Son muchas las conjeturas o inclusive los razonamientos que se pueden esbozar en torno a Jorge Luis López y su desaparición. Tenemos mucho por seguir conversando, porque inclusive se presentan ciertas contradicciones que se desprenden de las mismas palabras de la dirigencia política. Además, las falencias a nivel jurídico son muchas. Tenemos mucho por hablar. Lo ocurrido con Jorge López es un ataque a la política nacional de defensa de los derechos humanos y, es cierto, lo dijo el mismo Solá. Pero lamentablemente también tenemos actos de responsabilidad política que no se miden de la misma forma, como el caso de los matones que irrumpieron en el hospital Francés que terminaron siendo protegidos por la misma policía. Entre ellos, la presencia de militantes muy cercanos a la dirigencia política. Entonces hablemos claro, se debe estructurar, acondicionar e independizar al Poder Judicial y dejar que la justicia trabaje sin condicionamientos políticos. Solamente manteniendo la independencia de los poderes se puede mantener el estado representativo, republicado y federal. Lo ocurrido con el testigo López tiene mucho que ver con eso, porque las responsabilidades del Estado ya están implícitas y deben ir más allá que las discusiones de fondo político que tienen como carátula de carpeta la ideología y el poder. La discusión de fondo debe ser siempre la idea de estructurar programas políticos orientadores al enriquecimiento de la Nación y el bienestar de un pueblo. Dentro de ese bienestar también está la seguridad y mucho más si se trata de un testigo clave en una causa que nos implica a todos. Que Blomberg dijo, que Arslanian le responde, que Solá está preocupado, que el Presidente se enoja, ahora ya de nada sirve tirarse flores, hacer discursos ni de hacer proselitismo, las cosas hay que verlas antes, dejar de improvisar y hacer una estructura y llevarla a cabo. Hace tiempo que se pretende recuperar la credibilidad en Argentina, y en ciertas cosas el presidente tiene razón en exigir, pero es fundamental que algunos se pongan a trabajar en serio. Dios quiera que Jorge López aparezca con vida, pero de todas maneras, la mancha ya la tenemos. El miedo a muchos le llega, y el recuerdo del pasado se hace presente. Dios Bendiga a la Argentina. CBP.

No hay comentarios.: